Del hospital a casa ¿Y ahora qué?

ADQUIERE MI LIBRO



“Del hospital a casa ¿Y ahora qué? Por 17 €



Mándame tu nombre y dirección completa para poder enviarte el libro contra reembolso a mi dirección de correo.



teresabosquemoliner@gmail.com



viernes, 21 de noviembre de 2008

EL GRITO DE RAQUEL

Era medianoche, como otras tantas llego él, con el mismo olor de alcohol barato y la camisa desabrochada.

Raquel, al escuchar el sonido de la puerta al abrirse, se acurruó entre las sabanas de algodón, tapándose la cara para que no la viera, había nacido para amar y ser amada, pero él...

De un fuerte manotazo la saca fuera de la cama, cáe tumbada sobre la alfombra de lana y su pequeño cuerpo tropieza con las patas de la cabecera, como un poseso, comienza a pegarle patadas, impidiendo que pueda incorporarse, los gritos de Raquel se oían como lamentos en la noche , él apagó la luz de la mesilla y acostándose no se percato de que Raquel había muerto.

domingo, 9 de noviembre de 2008

LA ENFERMERA


La enfermera con paso cansino deambula por los corredores de la sala del hospital, son las 2.14 de la noche que todavía se le hace larga, como siempre a la misma hora comienza su turno de control por las habitaciones, hoy no es diferente a otras, todo se encuentra en calma y solamente alumbrada por las tenues luces color naranja de los pasillos, comienza la ronda por la habitación 12, es la más alejada de la clínica.Despacio para no hacer ruido y no molestar a los pacientes, la enfermera intenta abrir la puerta, y mirando a través de la ranura que dejan pasar la claridad de los rayos de luz de la luna llena a través de la ventana medio bajada, localiza el sillón que en este momento se encuentra vacío, en él debería estar sentada la mujer de Juan, el paciente de la cama 12-2, ya que está muy enfermo y le quedan pocos días de vida, su mujer siempre está a su lado, le resulta extraño, si se hubiera marchado, ella lo sabría, ya que siempre se lo comunican.Algo extrañada y sin hacer ruido, observa cómo se mueven las sábanas, es un movimiento anormal, la sábana encimera tapa todo el cuerpo, no se le ve la cara, pero, rápidamente le viene la conversación que tuvieron ella y María, la mujer de Juan, cuando esta le comentó la necesidad que tenían ambos de hacer el amor, de acurrucarse a su lado, de que él sintiera las caricias de ella, sentir su cuerpo desnudo sobre el de él, de besarse como cuando se dieron el primer beso, con esa intensidad que sólo un enamorado puede sentir.La enfermera da media vuelta y con el mismo sigilo con el que entró sale y cierra la puerta.

jueves, 3 de enero de 2008