
Después de un largo día de trabajo, después de un montón de kilómetros, después de un lavado de cara con agua fría para refrescarnos, y perdiéndonos entre sus calles, llegamos al Instituto Jaime I.Instituto en el que su colorido templado, ambarino, índigo y carmesí, nos cedió su amabilidad y cortesía.El aula estuvo concurrida, y mientras los estudiantes daban movimiento a la lectura del relato “Turno de noche”, yo observaba sus caras, y me mostraban serenidad, y alguna que otra sonrisa cuando se leía algún párrafo.Después, la tarde transcurrió al igual que una clase de enfermería.Habían estudiantes de Técnicos de Auxiliares de enfermería, de Emergencias Sanitarias y de Higiene bucodental.Y al igual que esa tierra en la que puedes perderte y leer la historia que cuentan sus piedras, nosotras nos olvidamos del tiempo.Gracias a tod@s por asistir y leer nuestro libro.
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